Heineken

¿Por qué los bares sirven aperitivos salados con la cerveza?

LA SAL HACE QUE LA CERVEZA SE BAJE MÁS FÁCIL
Literalmente. Cuando consumimos cloruro sódico, también conocido como sal, los receptores cerebrales que perciben los sabores amargos se debilitan temporalmente. El amargor de la cerveza es un subproducto de la adición de lúpulo, esos pequeños conos de semillas que se añaden durante el proceso de elaboración para impartir sabores picantes y cítricos a tu futura pinta. Beba un sorbo de cerveza y déjese llevar por los sabores que percibe al tragarla. Pruébela de nuevo después de comer un puñado de cacahuetes. Rápidamente notará que la cerveza parece más suave y fácil de beber. Beber más fácilmente lleva a un consumo más rápido, y un consumo más rápido lleva a más compras de cerveza, que es exactamente lo que quieren los dueños de los bares.

LA SAL CREA TIRANTES
Aunque esto pueda parecer obvio, considere lo rentables que pueden ser estas pequeñas inversiones saladas en términos de llevar a casa el tocino para los dueños de los bares. Un paquete de cuatro bolsas de cacahuetes de 80 onzas (cinco libras) cuesta unos 30 dólares en tu Costco o BJ's local. Es decir, sólo 8 dólares y pico por cada bolsa de 1,5 kg. En consecuencia, dependiendo de la gran ciudad en la que estés bebiendo, esos 8 dólares podrían ser el coste de una sola pinta en el bar en el que estés sentado (¡hola, Nueva York!). Un pequeño puñado de cacahuetes puede costarle al dueño del bar unos diez céntimos, pero tiene el gran potencial de convertir la única bebida de alguien después del trabajo en dos o tres. ¿Una inversión de 20 céntimos a cambio de 20 dólares en ventas de cerveza? A nosotros nos parece inteligente.

LA CERVEZA HACE QUE LOS BOCADILLOS SEAN MEJORES
¿No te gustan mucho los cacahuetes o las galletas pero no puedes dejar de probarlos cuando estás en tu bar? Para nosotros tiene sentido. El alcohol realza el sabor de la sal y la grasa en nuestros paladares, haciendo que un tazón de cacahuetes sepa un poco mejor al sorber esa cerveza (también es la razón por la que generalmente apetecen más las patatas fritas que la col rizada cuando se bebe cerveza, aunque a nosotros nos suele pasar lo mismo independientemente de lo que se beba). Además, la sal también altera la química de la lengua (véase el primer punto), lo que también hace que la cerveza sea más agradable. ¿Bocadillos más sabrosos y cerveza más satisfactoria? Nos apuntamos a ambos.